EL PRIMERO DE VARIOS

 

Así es, este esperado vlog-documental (o vlogcumental por que me gustan los nombres chorra) es un abreboca que precede a las próximas entregas de trabajos similares a este, pues aún me queda muchísimo material que no he editado y que parece que no me dará lugar a usarlo todo. Y así es como debe de ser (de lo bueno, lo mejor) pues seleccionando la flor y nata de lo capturado es como se crean las mejores secuencias. Volviendo al tema; este vlog se basa en los momentos del viaje que quizás no den para un vídeo largo pero que sería una pena no mostrar así que he decidido condensarlo todo en un solo vídeo a modo de resumen. Los próximos proyectos que saque serán de un estilo diferente, centrándome mas en un único tema durante todo el vídeo, con un enfoque exclusivamente documental. Ahora mismo no lo tengo del todo decidido, pero hay dos temas de los cuales elegiré uno; las múltiples tribus que aún habitan en Benin, mostrando a fondo su cultura, su forma de vida, apariencia y comportamiento o bien el vudú, los rituales y las danzas relacionadas a esta poco conocida religión que nada tiene que ver con las figurillas de cera con alfileres que tanto nos ha metido en la cabeza Hollywood.

la curiosidad de los niños en los poblados Africanos es algo innato

En Benín me volví un poco loco con la grabación. El problema es que he de ir cargando con cuatro cámaras las cuales voy alternando según el tipo de plano que requiera en el momento. Una GoPro para los momentos en los que salgo hablando y para los timelapses, la M50 de Canon para escenas mas cinematográficas (con el 24-105 mm enchufado que al ser APSC se convierte casi en un tele), la pequeña OsmoPocket de DJI que para mi es ESENCIAL puesto que con ella saco esos potentes planos a cámara lenta que tanta carisma dan a estos trabajos y por último, mi 5D Mark III la cual uso mas para las fotos pero que en este viaje he usado bastante para grabar algunos planos muy angulares con un 15 mm de Sigma. Es agobiante? un poco disfruto con la presión de grabar constantemente? muchísimo. Aunque pueda parecer extraño, esa intensidad de capturarlo todo es lo que me da la vida en este tipo de viajes, lo que me impulsa a buscar las situaciones que puedan ayudarme a crear un vídeo interesante, lo que me incita a meterme donde no debo para conseguir la mejor foto y también lo que a veces me ha buscado algún lío curioso en mas de una ocasión (en la india me acorralaron varios Indios amenazándome con cañas de bambú por haberme subido a una piedra en el rio Ganges).

 

COMO SOBREVIVIR HACIENDO FOTOS EN BENIN

 

Puede que esté exagerando con el título, pero es verdad que a veces la cosa se ponía difícil a la hora de grabar o fotografiar a los lugareños. Como expliqué en el vídeo, muchos Benineses creen que las fotografías roban el alma, pero eso es una verdad a medias. Ese no era el motivo principal por el que no te dejaban apuntarles con la cámara. En los mercados, puestos callejeros y zonas concurridas con ventas y negocios, los habitantes de la zona están muy hartos de que vengan turistas, le tiren cuatro fotos en la cara y se larguen sin ni siquiera mirar sus productos o mercancías expuestos. Debe de ser bastante frustrante si lo piensas. En Ganvié, la ciudad construida sobre las aguas del lago Nokué, hay tanto tráfico de turistas haciendo fotos robadas que los lugareños te ponen muy mala cara cuando te ven con la cámara, tapándose e increpandote para que los dejes en paz o al menos, mires sus puestos y les compres algo y es que realmente el turismo a veces puede llegar a ser molesto y desconsiderado.

los habitantes de algunos pueblos de benin no se dejaban fotografiar, tapándose el rostro

Y es que a veces, y más estando en un país tan fotogénico como puede ser África, vemos una situación o un encuadre tan maravilloso que nos es difícil resistirnos y vamos corriendo a tirar la fotografía sin pensar en que la persona a la que vamos a fotografiar se va a dar cuenta de nuestra actitud inmediatamente… el observador altera lo observado. Decidí cambiar mi estrategia de fotos cuándo en uno de los mercados de pescado locales una señora me amenazó con un machete al darse cuenta de que la estaba apuntando a escondidas con la GoPro. Descubrí que las mujeres de los puestos de los mercados te miran con hostilidad y te increpan fácilmente pero en el fondo es una fachada para ahuyentar a los paparazzis, si sobrepasas la barrera del turista que hace la foto y huye, acercándote y hablando con ellas en un pésimo Francés conseguirás entre risas que al final se dejen hacer algún retrato e incluso posen para ti, mostrando la cara mas inocente de un país que no conoce las redes sociales ni el culto al narcisismo que tanto impera en la sociedad occidental.

 

FOTOGRAFIANDO LAS TRIBUS

 

los marcados rasgos mujeres de la etnia fulani

Como buen destino del África poco turística, uno de los puntos fuertes de Benin es su rico mosaico de etnias o grupos tribales. Pese a que no exista un grupo extremadamente primitivo como pueden ser los pigmeos de Camerún o los Mursi del valle Etíope, sin duda hay tribus muy poco conocidas y con historias muy interesantes como los Holi, antiguos antropófagos y todavía practicantes de escarificaciones o los Fulani, esbeltos y con marcados rasgos afilados tan distintos de los rostros redondeados tan comunes en Benin, producto de no haberse mezclado con nadie que no fuera de la tribu durante generaciones (Mujeres Fulani en la fotografía de arriba).

Visitar las tribus no es fácil pues son reservados incluso para los propios Africanos que no pertenezcan a su etnia. No era tan fácil como aparecer por ahí y entablar conversación con ellos, pues a los blancos (o «yovo» que es cómo muchos niños me llamaban, que significa blanquito en lengua Fon) les tienen un especial reparo. Euloge, nuestro guía que hablaba mas de 5 idiomas, entre ellos los múltiples dialectos que existen en este país, era el encargado de mediar con las tribus y llegar a los pertinentes acuerdos monetarios a cambio de poder pasar unas horas con ellos y tomarles algunas fotos. Había que negociar con el jefe de tribu (le chief), el patriarca que dirigía las cuestiones diplomáticas. En muchas ocasiones, la visita incluía la realización de algún acto musical característico de la tribu (que mostraré en los próximos documentales) o nos realizaban alguna ceremonia vudú. Estas ceremonias son realmente complicadas de ver si no tienes los contactos adecuados, pues es una celebración muy privada y altamente sagrada. llegué a ver varios sacrificios de animales en un altar de fetiches realizados a un empresario Nigeriano que había pagado una importante suma para ser bendecido con las energías naturales para que su negocio fuera bien. Solíamos ser recibidos con una leve desconfianza y algo de reproche en las miradas, supongo que tendrá que ver con el fuerte historial de colonización, masacres y esclavitud que los europeos sometieron a estas tierras para, una vez esquilmadas, abandonarlas a su suerte. La historia no se olvida.Mujeres de la etnia Holi en su poblado en Benín posando para ser fotografiadas

La mayoría de tribus viven de la ganadería y de la venta de sus productos en los mercados, pero cada vez mas de los turistas que vienen a visitarlos y tomarles fotografías. Hay que tener cuidado con esto último, nos explicó Euloge. Muchas tribus se están acostumbrando a mendigar y vivir de las donaciones de los viajeros y eso es peligroso para ellos pues están dejando de lado la agricultura, el ganado y sus habituales prácticas de sustento con las cuales sobreviven desde sus orígenes. Aún habiéndoles pagado, no era fácil hacerles fotos. Había que dejar muy claro que un trato era un trato y que tras haber pagado al jefe de tribu, no podían seguir cubriéndose las caras o pedirte algo mas de dinero a cambio de fotografiar a sus hijos. Era muy común que te pidieran algo a cambio para cualquier cosa. En una ocasión tuve que darle mi pendiente de plata a una mujer a cambio de que me dejara retratarla.

 

EL REY DE CHÁNDAL

 

Benín se caracteriza por tener multitud de reyes de tribu esparcidos por todo el país. Aquí a las figuras de los reyes se les da mucha importancia pues en tiempos posteriores eran entidades sabias, que mediaban conflictos y daban consejos. Hoy se mantienen muchos de estos Reyes que viven un poco del cuento, pues la colonización europea se ha encargado de unificar las sociedades tribales y ya no tienen tanta representación como antes, aunque siguen estando bien posicionados en la sociedad y los habitantes aún los tienen en alta estima. El Rey de los Sombas nos hizo un ritual de vudú personalmente, sacrificando una cabra, un animal bastante grande (cuanto mas grande el animal más importancia tiene el ritual) y realizó la ceremonia completa para bendecirnos. La característica de este Rey es que sabía los secretos de los rituales y como llevarlos a cabo, conocimiento que se iba transmitiendo de generación en generación. Un Rey modesto, cuyas riquezas eran su sabiduría y el respeto que los habitantes le tenían.

El rey de tribu del pueblo somba de Benín

En la región de Agonlin nos encontramos con otro rey que nada tenía que ver con el anterior, principalmente por que su casa era del tamaño de un poblado pequeño. El rey Yeto Kandji quizás no sabría de rituales de vudú, pero era el representante de todos los Reyes de Benin y formaba parte del consejo del gobierno. En su palacio privado se sorprendió al enterarse de que eramos Españoles y nos contó como el mes pasado estuvo de reunión con algunas figuras representativas de nuestro País (al parecer este rey es íntimo amigo de Quim Torra). A mi parecer África es de los pocos países que tiene Reyes divididos en clases sociales, algunos ricos y otros pobres. Curioso cuanto menos.

 

ALOJAMIENTO Y COMIDA

 

Benín se sustenta principalmente de la agricultura, siendo esta su principal fuente de ingresos, pero en los últimos años ha ido metiendo cabeza poco a poco en el turismo. Al ser uno de los países Africanos con uno de los gobiernos mas estables esto lo convierte en un destino bastante seguro para viajar. A diferencia de otros países poco desarrollados, el turismo aquí no es tan barato como puede parecer. Haciendo una burda comparación, podría decirse que los precios pueden equipararse a viajar por España yéndose a lo mas barato y con ofertas (en lo referido a hoteles y alojamientos. La comida, transporte etc es otro tema). Las comodidades son muy limitadas, aunque la mayoría de alojamientos cuentan con las infraestrucuras mas básicas (calefacción, aire acondicionado, agua corriente, mosquiteras) no esperéis grandes lujos pues el servicio suele ser bastante limitado y muchos materiales y accesorios son de mala calidad y muy antiguos (algunos hoteles cuentan con un polvoriento router de wiifi con un complicadisimo sistema para registrarse y acceder a internet en el que, cuando se conectan mas de dos personas tiende a dejar de funcionar) . A mi personalmente esta falta de comodidades no me desagradaba y me hacía reflexionar sobre lo mucho que nos afecta no tener agua caliente o no encontrar las toallas dobladas.

Lo que si destacaría es la belleza genuina de las localizaciones de algunos hoteles. En el sur del país, a las orillas del descomunal lago Ahèmè se encuentra un hotelito de Bungalows muy frecuentado por pescadores locales en el que por unos pocos francos te podías alojar en unas habitaciones construidas sobre el agua. La tranquilidad que transmite este sitio poco habitado, cuyos únicos sonidos eran de las olas y de las redes de los pescadores, es difícil de encontrar en los mas caros resorts de playa abarrotados de gente y a mi parecer, esa paz y sencillez vale mas que cualquier buffet libre o servicio de habitaciones.  Aquí puedes saber más sobre este hotel

la belleza genuina de los hoteles de África

La comida es un tema bastante interesante. De entrada os digo que no se comía nada mal, aunque el menú era algo limitado, por no decir único y la cocina variaba bastante dependiendo de la región en la que te encontraras .El plato que mas comí era el famoso «pollo bicicleta», la veloz gallina de guinea asada que no solía ser mas grande que tu propia mano, abundantemente acompañado de patatas, arroz, espaguetis, curry y en algunas ocasiones plátano frito (la primera noche me puse malo al abusar de este último. Tened cuidado). Otra variante era el insípido pescado de río cocinado al horno de una forma muy rural y aderezado con zanahoria y arroz. Todo esto lo complementábamos con latas de conserva traídas de España pues no eran pocas las ocasiones que nos encontrábamos visitando zonas en donde no había restaurantes ni local alguno donde poder comer.

comiendo pollo bicicleta en un restaurante en benin

 

Sin duda, Benín me parece de los mejores países para iniciarse en el continente Áfricano. He de apuntar que mucha gente se piensa que viajar por África es barato, pero hay muchos factores que no se tienen en cuenta que son los que encarecen este tipo de viajes; tan solo el vuelo constituye casi la mitad del presupuesto que teníamos para este viaje, y si tu idea es hacer fotos a las Tribus prepárate para dejarte una media de 50-60 euros al día en donaciones. Este país conserva algo muy importante y que es cada vez mas difícil de encontrar en este mundo tan globalizado; la autenticidad y la poca explotación turística que posee. Muchos países pecan de convertir en atracciones turísticas sus más antiguas tradiciones y aunque Benín no se libra de ello, no se ha convertido en un deformado espectáculo del que sacar dinero. Ver sus rituales, los bailes tribales, los sacrificios y las costumbres de sus tribus, es algo auténtico y se nota.